Quiero dar las gracias a Raquel Diaz Reguera por la bellísima imagen para la cabecera de mi blog.
GRACIAS RAQUEL
miércoles, 17 de julio de 2013
martes, 2 de julio de 2013
Quién invento los pantalones...???
Sabéis este tipo de
preguntas que nadie tiene ni idea, y que aunque parezcan muy simples son muy
complicadas a la vez? Por ejemplo: Quién inventó el horno…??? o Quién inventó la goma de pelo…??? Como muy bien os decía nadie tiene las respuestas a estas
preguntas. O sí... La historia de cómo se inventaron los pantalones se remonta a
muchos, muchos, muchos años atrás. Esos tiempos cuando todavía existían las
princesas y los príncipes.
Había una vez una princesa muy guapa, muy guapa, muy guapa. Este
tipo de princesa de cuento de hadas que siempre va con vestidos largos, muy
ajustados a la cintura y de colores brillantes… Pero no les echéis la culpa a
ellas, era lo único que se podían poner en esa época. Volviendo al tema, esta
princesa como cualquier otra princesa tenía a su amante secreto y para llamar su
atención la princesa se batía en duelos a muerte con su príncipe y menos mal
que el príncipe llevaba armadura, y de las de metal duro, duro, porque si no, no tendriamos príncipe en esta historia. Bueno el caso es que como ya sabréis las armaduras tenían dos piernas, vamos como
un pantalón pero de metal. Un día la princesa se estaba batiendo contra el príncipe,
la princesa tenía arrinconado al príncipe y estaba a punto de ganar la partida
cuando de repente el príncipe dice:
:-Alto está bien tu ganas princesa me has derrotado una vez más.
Pero que conste que tú juegas con ventaja.
:-Perdonaaaaa… ¿Cómo que con ventaja?-Protesto la princesa-Yo
juego limpio, tan limpio como tú, ¿Qué es lo que me hace tener ventaja sobre
ti?
:-Jajajajajajaja-Rió el príncipe-Si tu lleváras una armadura tan
pesada e incómoda como la mía no tardaría ni dos segundos en liquidarte.
:-¿Y lo tuyo es un problema?, este vestido me corta la circulación,
apenas puedo moverme y ni siquiera puedo levantar la pierna más de 30 grados.
Esto de llevar vestido sí que es un verdadero problema. Pero bueno si tan
cómodo te parece el vestido, póntelo.
:-Claro princesa me pondré tu vestido, si tú te pones mi
armadura ¿Trato hecho?
:-Jejeje-Carcajeó la princesa-Ya verás la paliza que te voy a
dar…
:-Pues nos vemos mañana a las cuatro y media, recuerda tú con
armadura y yo con vestido.
Al día siguiente el príncipe con vestido y la princesa con
armadura se encontraron a las puertas del castillo con escudo y espada. Todos
los vecinos del pueblo les miraban y murmuraban:
:-Parecen críos de dos años-Comento una ancianita-
:-Si, que vergüenza-Murmuro un hortelano-¿Y ellos van a dirigir
nuestro reino, que deshonrra?
:-BUUUUUUUUUUUUUU ¡Fuera, fuera, fuera!-Gritaban los ciudadanos-¡Que
se vayan! BUUUUUUUUUUU…No les queremos BUUUUUUUUUUUUUUUU
El príncipe se echo a llorar y la princesa le tuvo que consolar.
Necesitaban a alguien que les ayudase…Con todo el jaléo la reina salió a ver qué
pasaba. Nada más verla la princesa pensó:
:-Ya viene a echarme la bronca otra vez…UFFFFFF
Pero lo que la princesa no sabía es que (su madre que veía todos
los días a su hija con el vestido roto por los duelos) estaba preparando una
nueva prenda de vestir, para las damas, caballeros, hortelanos, jardineros,
sirvientes…etc.
:-Buenas tardes a todos como reina que soy debo ocuparme de los
problemas de mi reino, veo que os habéis alborotado al ver a mi hija vestida así
pero no os preocupe porque he estado trabajando en un proyecto nuevo, lo podrá vestir
todo el mundo es cómodo, es barato, es bonito…Permitidme que os presente los ‘’PANTALONES’’
:-Que tontería y que nombre más feo y extraño ¿Qué significa?-Pregunto
una niña-
:-Pues está muy claro-Comentó la reina-Significa que estarás tan
bueno como una barra de PAN y por supuesto que el pantalón te llega hasta los
TALONES .Y eso crea la palabra PANTALONES.
:-Que gran idea mi majestad, yo quiero unos, y yo, yo también, a
mí, a mí, yo, yo, yo, yo quiero otros HURRA POR NUESTRA REINA ¡¡¡¡¡HIPHIP HURRA
HIPHIP HURRA!!!
ASÍ LA PRINCESA Y EL PRÍNCIPE
PELEARON Y PELEARON POR SIEMPRE JAMAS
FIN
sábado, 9 de marzo de 2013
EL PAÍS DE LOS NÚMEROS
Era se una vez un mundo...que no era de chuches, ni de nubes, ni de hadas, ni brujas. Era un mundo habitado por números de colores. Todos los números adoraban a los números altos como el ocho o el nueve, pero nadie quería a los números bajos como el dos, el uno o el cero. De hecho se burlaban de ellos, les insultaban y ni por asomo se les ocurría hablarles. Un día el uno y el cero se conocieron y se hicieron muy amigos. Y así pasó el tiempo, los dos se hacían compañía y aunque les habría gustado estar con los mayores, era mejor que no estar solos... Un día el cero y el uno decidieron que estaban hartos de que se burlaran de ellos. Pensaron en vengarse pero no era lo correcto. Así que tras meditarlo largo rato decidieron hablar con los mayores, aunque fue en vano porque ellos les ignoraban. Pasaron los días el uno y el cero estaban en casa intentando hacer limonada, tristemente ninguno de ellos se sabía la receta, así que sin darse cuenta crearon una pegajosa sustancia parecida al pegamento. El cero que era muy torpe, debido a su falta de brazos, hizo volcar el tarro y el pegamento se les cayó encima. Ahora el uno y el cero estaban pegados.
¡Ahora formaban un diez!
Muy sorprendidos fueron a visitar al médico, él les explicó que se habían convertido en el número diez, un numero mítico, un número de dos cifras. Al día siguiente el diez fue a clase muy avergonzado y cabizbajo, pero nada más entrar todos sus compañeros se pusieron a aplaudir. Ahora todos los números (hasta el nueve) querían ser sus amigos. Pero el cero y el uno, que sabían lo superficiales que podían ser los mayores, decidieron renunciar a tantos amigos. Por eso acabaron jugando con sus amigos pequeños. Pasados unos días el uno y el cero decidieron quitarse el pegamento ya que les daba igual, ellos estaban con sus verdaderos amigos, los pequeños. ¿Y qué ?¿Qué tiene de malo ser pequeño se preguntaban? Y así el uno y el cero fueron felices y comieron muchos lápices.
fin
Dedicado a la clase de 5º del colegio El Carmen.
¡Ahora formaban un diez!
Muy sorprendidos fueron a visitar al médico, él les explicó que se habían convertido en el número diez, un numero mítico, un número de dos cifras. Al día siguiente el diez fue a clase muy avergonzado y cabizbajo, pero nada más entrar todos sus compañeros se pusieron a aplaudir. Ahora todos los números (hasta el nueve) querían ser sus amigos. Pero el cero y el uno, que sabían lo superficiales que podían ser los mayores, decidieron renunciar a tantos amigos. Por eso acabaron jugando con sus amigos pequeños. Pasados unos días el uno y el cero decidieron quitarse el pegamento ya que les daba igual, ellos estaban con sus verdaderos amigos, los pequeños. ¿Y qué ?¿Qué tiene de malo ser pequeño se preguntaban? Y así el uno y el cero fueron felices y comieron muchos lápices.
fin
Dedicado a la clase de 5º del colegio El Carmen.
lunes, 4 de marzo de 2013
Diario de un naúfrago
22
de febrero de 1967
Hace
unos meses partí a un viaje extraordinario. Mi tripulación y yo íbamos ha
explorar la isla del Volcán, un proyecto que quería llevar a cabo desde hace
mucho tiempo. Era un viaje peligroso pero yo me arriesgué. Ahora me arrepiento.
Ayer el barco encalló en una roca y el barco se hundió. Por suerte yo me agarré
a un poste de madera que flotaba sobre el mar, el poste me mantuvo a flote
durante toda la noche.
23
de febrero de 1967
Me
levante al alba. Pero para mi sorpresa ya no estaba en el mar estaba en una
isla. No podía imaginar como había llegado a esa extraña isla. Pero si quería
sobrevivir tenía que investigar la isla e ir en busca de comida y agua. Me
adentré en la isla, no parecía que nadie la habitase. Cuando llegué al centro
de la isla me topé con una enorme montaña. Picado por la curiosidad decidí
escalarla. Pase toda la mañana escalando. Y cuando por fin llegue a la cima me
encontré un enorme abismo que supuraba un gas ardiente. Me di cuenta de que no
era una montaña, estaba en la isla del Volcán. La isla del Volcán había sido mi
única meta durante estos dos últimos años, era mi proyecto y me sabía cada
rincón de la isla como la palma de mi mano. Aún tenía posibilidades de
sobrevivir. Se hizo de noche y me cobije en una cueva.
26
de febrero de 1967
Pase
varios días muy ocupado. Me construí una pequeña choza con paja y madera,
conseguí comida suficiente para alimentarme unos días, y encontré un pequeño
manantial de agua de la que voy bebiendo día a día. Ahora que tengo todo lo
necesario para establecerme en esta isla, voy a continuar con mis
investigaciones sobre la isla. Creo que al final conseguiré terminar las
investigaciones, no esperaba toman mis notas de esta manera, pero tengo que
reconocer que a sido una grata coincidencia.
30
de febrero de 1967
Ayer
un enorme terremoto golpeó toda la isla. También acabó con mi cabaña y mis
provisiones. Cada día en la isla me preocupan menos mis investigaciones y me
preocupa más el poder sobrevivir. Hoy he vuelto a buscar comida por la isla
pero ya estoy cansado de comer solo fruta y verdura. Así que hoy cambié de idea
y decidí hacer algo que nunca había hecho, salí a cazar. No conseguí mucho ya
que era un novato y todos los animales se burlaban de mí haciéndome tropezar y
dar vueltas como un patoso, pero finalmente conseguí cazar un ave que apenas
podía elevarse. Tuve que construir otra cabaña y cuando cayó el sol me cobijé
bajo ella.
2
de marzo de 1967
Estos
días tuve que trabajar muchísimo en reconstruir todo y conseguí pescado, carne
y pieles. Fue cansado pero conseguí un rato libre para dar un tranquilo paseo
sin preocupaciones alrededor de la isla. Me di cuenta de que estaba en un
paraíso natural.
6
de marzo de 1967
Ya
me empiezo a acostumbrar a la isla pero aún tengo la esperanza de que me
rescaten y me lleven junto a mis seres queridos.
12
de marzo de 1967
Hoy
fue un día intenso. Me veía solo sin compañía pensaba que no había esperanzas
de volver a casa. De repente oí zumbido pensaba que el volcán iba a entrar en
erupción. Por pánico a morir salí de la isla y me eche a nadar. Mi técnica no
era especialmente buena pero me valdría. Aguante a flote con mi diario durante
un rato pero el volcán no se movía. En ese momento me di cuenta de que ese extraño
ruido era mi salvación. Me di la vuelta y detrás de mi se encontraba un barco enorme.
Chapoteé en el agua y un marinero dio la
voz de alarma. Al instante muchos marineros comenzaron a lanzar salvavidas,
cuando me agarré al salvavidas toda una tripulación tiró de mi.
Cuando
estuve a salvo grité.
Un
grito de alegría.
fin
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